¿Cómo ir cambiando nuestra manera de vestir, según la edad avanza?

No es fácil aceptar el paso de los años en el siglo XXI. El tema del título me lo sugirió una buena amiga…¡Gracias Maida! ¡¡Lo tomo!! …Aquí estoy tratando de escribir; ¡¡ vamos a ver!!

Lo primero que se me viene a la mente es que -gracias a Dios- esto no pasa de un momento a otro; casi sin darnos cuenta nos vamos haciendo mayores cada día y nuestra apariencia va cambiando. Podemos echarle la culpa a la ley de gravedad, la insulino resistencia, la falta de ejercicio, las penas, el trabajo…razones miles, pero el tiempo pasa.

Lo segundo, pienso que es importante asumir el paso de los años con sabiduría y cariño, de lo contrario, corremos el riesgo de desubicarnos y seguir usando la ropa de quinceañera que alguna vez nos hizo sentir y ver estupendas, pero que con el transcurso del tiempo ya no nos queda bien y sería mejor desecharla.

Y no sólo tiene que ver con las prendas sino también con los colores que nos favorecen. Los rasgos se van suavizando, léase: canas, arruguitas, manchas, párpados caídos, arco senil, etc. Entonces, suavicemos también los colores que usamos.

Tercero: no se trata de apagarnos y transformarnos en la abuelita de la Caperucita, sino de ser honestas y aceptarnos; de refrescarnos y gozar esta etapa.

Elijamos ropa más atemporal y de mejor calidad; no demasiado ceñida al cuerpo; blusas y pantalones más holgados para que no nos acuse el rollito o la guatita (se salvan las que se ejercitan a diario). Las minis vamos alargándolas y los escotes cerrándolos. Privilegiemos los colores neutros o más gastados y sigamos jugando con los accesorios, pero sin exagerar. ¡Y… recuerden!: zapatos y carteras de buena factura son grandes aliados de la elegancia.

Les aseguro que con estos consejos nos veremos mucho mejor y si necesitan ayuda o asesoría personalizada no duden en escribirme.

Un abrazo